miércoles, 5 de marzo de 2014

La justicia

La justicia es un término polémico y polisémico
Hablar del concepto de justicia en frío, desde la apacible
tranquilidad de las bibliotecas, pudiera tal vez hacernos olvidar hasta
qué punto una inmensa cantidad de seres humanos de todas las
épocas y lugares se han jugado la vida gritando «¡justicia!» como
expresión básica de protesta ante una experiencia de maltrato por
parte de otros seres humanos. Ahora bien, esto no
significa, en modo alguno, que todos los humanos de todas las épocas
y lugares estemos coincidiendo en entender esa experiencia básica de
la misma manera, dado que la experiencia es siempre interpretada,
reflexionada y expresada con ayuda de las palabras, las creencias y
las estructuras mentales que posee cada grupo cultural, y dentro de
cada grupo, a su vez, cada persona dispone de mayores o menores
recursos culturales para interpretar su situación según sea
su edad, su grado de inteligencia, su nivel de conocimientos, su
posición social, y su mayor o menor afición a reflexionar.
Una misma situación, como por ejemplo la muerte de un niño por
inanición en un país pobre, no es vivida, ni pensada, ni expresada del
mismo modo, pongamos por caso, por su madre indígena, por una monja católica europea, por una periodista nórdica agnóstica, por una representante de la ONU de origen japonés, por una guerrillero indígena, por una potencia occidental, etc.
Hay más bien una pluralidad de interpretaciones tentativas, en gran parte excluyentes entre sí, que coexisten casi siempre en pugna por el
predominio sobre las demás, y al mismo tiempo transformándose
mutuamente. Pero hay también un patrimonio acumula
- no extranjeros -do de conceptos, de principios morales y de argumentaciones serias, que permiten analizar y comprender los sucesos humanos -como el del ejemplo anterior- desde una perspectiva más crítica, global y completa que la que podría adoptarse desde otros puntos de vista ajenos a la filosofía moral. Ahora bien, nuestra disciplina tampoco ha sido siempre un modelo de coherencia ni de autocrítica. Hablando de justicia, no estará de más recordar que la esclavitud, o la discriminación por razón de sexo, o de raza, o de condición social, etc., han sido instituciones toleradas y justificadas -si bien con argumentos que hoy sabemos que no resisten un mínimo análisis serio- por la mayor parte de los filósofos hasta muy entrada la modernidad, y que ello no era obstáculo para construir bellas reflexiones sobre la justicia, en las que un lenguaje impersonal y universalista expresaba en realidad contenidos que sólo pretendían ser aplicados a un pequeño colectivo de varones acomodados, etc-

* Breve historia del concepto ético de justicia 
Ante todo hemos de distinguir entre los usos más habituales del término:
- La justicia en sentido ético, relacionada con las creencias morales,
en donde aparece tanto como: 

     - una cualidad moral que puede ser referida a distintos sujetos , como también una capacidad humana para juzgar en cada momento lo que es justo y lo que no, como también alguna teoría ético-política .
- La justicia en sentido jurídico.
- La justicia en sentido institucional. 




«Del mismo modo que lo injusto implica desigualdad, así también lo justo implica igualdad»

«...pero la palabra (logos) es para manifestar lo conveniente y lo dañoso, lo justo y lo injusto, y es exclusivo del hombre, frente a los demás animales, el tener, él sólo, el sentido del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto, etc., y la comunidad de estas cosas es lo que constituye la casa y la ciudad»

«La justicia es una virtud por la cual cada uno recibe lo suyo y según lo
indica la ley. Injusticia, en cambio, es aquello por lo cual uno recibe un bien ajeno y no de acuerdo con la ley»


* La justicia en sentido ético-político: ¿en qué consiste una sociedad-justa? 
SOCIEDAD-JUSTA/CUAL   JUSTICIA/CONCEPTOS
A lo largo de los siglos XVIII, XIX y XX, el mundo ha cambiado más
profundamente que en cientos de siglos anteriores, y en cuestiones de
reflexión ética este cambio no podía ser menor que en otros ámbitos
científicos y técnicos. Quizá el giro más revolucionario en los estudios
sociales haya sido el abandono de la creencia en que el orden
socio-económico-político es algo dado, «natural» y fijo. La evidencia
de los cambios sociales ha sido tan intensa, la comunicación entre los
pueblos tan facilitada, y algunas aportaciones de filósofos como Marx
han sido tan valiosas, que progresivamente se ha mostrado
insostenible la pretensión de que una forma de vida particular sea la
«humana» por antonomasia.
Lo difícil es responder a la pregunta por
la justicia del sistema mismo, dado que en este caso ya no podemos
recurrir a criterios internos al propio sistema dado, sino que hemos de
buscar un marco de reflexión más amplio, que aquí consideramos que
no es otro que el de la filosofía moral o ética, auxiliada por la
experiencia histórica de los pueblos y la reflexión cuidadosa sobre la
misma; los trabajos más serios en este campo intentan comparar
distintos sistemas éticos y evaluar sus respectivos méritos e
insuficiencias. Así, pues, la reflexión ética sobre la justicia termina
coincidiendo con el problema central de la filosofía política: a partir de
la pregunta: «¿en qué consiste la justicia?», llegamos con toda
forzosidad a la pregunta: «¿en qué consiste una sociedad justa?».


Toda persona tiene igual derecho a un esquema plenamente adecuado
de libertades básicas iguales, que sea compatible con un esquema similar de libertades para todos; y en este esquema, las libertades políticas iguales, y sólo ellas, han de tener garantizado su valor equitativo. 


Las desigualdades económicas y sociales han de satisfacer dos
condiciones: primera, deben estar asociadas a cargos y posiciones abiertos a todos en condiciones de una equitativa igualdad de oportunidades; y segunda, deben procurar el máximo beneficio de los miembros menos aventajados de la sociedad.



"Los hombres y las mujeres son iguales entre sí cuando ninguno de ellos posee o controla los medios de dominación. Pero los medios de dominación están dispuestos de manera distinta en sociedades distintas. El nacimiento y la sangre, la tenencia de tierras, el capital, la educación, la gracia divina, el poder del Estado, todo esto ha servido en una u otra época como medio de dominación de unas personas sobre otras."

NATALIA MAESTRE GARCIA 

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