miércoles, 21 de mayo de 2014

Como estudiar filosofía.


  • La Historia de la Filosofía es una materia compleja que puede suscitar el interés o el rechazo de los alumnos por muy diversos motivos, como puede ocurrir con cualquier otra materia del Bachillerato. El objetivo de estas páginas es evitar que ese rechazo pueda estar motivado por la falta de recursos a la hora de abordar su estudio, o por no saber cómo aplicar los recursos de los que disponemos.

Porque como veréis, esos recursos están ya en vuestras manos, y los habéis aprendido a utilizar a lo largo de vuestros estudios en otras materias. Aquí vamos a seleccionar solamente aquellos que son indispensables para comprender la Historia de la Filosofía y tratar de explicar de qué manera se pueden aplicar al estudio de la Filosofía. Entre ellos, algunos recursos metodológicos para exponer nuestros conocimientos sobre la materia, muy útiles para los llamados "exámenes".

  • Pero quizá la primera observación que debamos hacer, aunque os pueda parecer trivial, sea la de que la filosofía se encuentra en los textos de los filósofos, por lo que su lectura, por parcial o limitada que os parezca, es imprescindible. Hemos de perder el miedo a no entender lo que nos dicen y pensar, más bien, que sólo los entenderemos realmente si los leemos. Y esa lectura no puede realizarse sin tener en cuenta el contexto (social, histórico, filosófico...) en que el autor escribe su obra.
O sea: que la lectura es el primer instrumento necesario para nuestro propósito y, en relación con ella, claro, tendremos que hablar del resumen, del análisis, del comentario de textos y de otro conjunto de técnicas útiles para exponer, llegado el caso, lo que hemos aprendido.


  • El otro elemento del que disponemos es nuestra capacidad de razonamiento abstracto, conceptual. Descartes, al principio del "Discurso del método", una de sus obras fundamentales, nos recuerda, no sin cierta ironía, que todos parecemos muy satisfechos de la razón ("bon sens") con que la naturaleza nos ha obsequiado, pero que, poseyendo todos la misma, quizá no sepamos utilizarla correctamente, y de ahí las diferencias entre los seres humanos respecto al conocimiento. Tampoco basta, nos recuerda, tener una "buena" razón, sino que lo principal es aplicarla bien. Para él, el problema no estriba en la falta de capacidad, pues, sino en la falta de método.

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